SONETO A UN
CIPRÉS
QUE ETERNA
CREÍA SU VIDA EN UN CEMENTERIO
Ay ciprés, altivo, enhiesto y pomposo,
furias retar osaste en vana campaña,
cual lanza que al tiempo quiebra y engaña,
y más l´alta aguja erguiste ostentoso.
No creíste soberbio, ido y frondoso
te alcanzase de Cronos la saña;
la oscuridad suponer a ti extraña,
al hado hizo tu verde afán odioso.
En tu delirio ahora excusar quieres
de La Hora el cruel abrazo airado,
y humillado tremes seco y medroso;
rancia la frente, el cuello quebrajoso,
ya de las edades el tronco arado,
entre muertes encerrado te mueres.
Luis Varela
Fermosa alegoría de aquellos que se pretenden ajenos a la acción del tiempo... ¡Ay, ansias del juvenil verdor de las edades que ciegas sois a los horizontes y creéis sin límites vuestro osado vuelo!
ResponderEliminarAsí ha sido y así será, osada la ignorancia juvenil, triste la sabiduría que asoma en las cercanías del fin.
ResponderEliminarTempus fugit...
Grazie mille, fratello.
Terrible belleza la de esta vanitas, amigo mío. Qué espléndida metáfora la del ciprés, árbol que siempre me ha cautivado. ¿Acaso al verse tan airoso y enhiesto entre la muerte pensaba ser ajena a ella? Gran lección. Maravillosos todos los versos, pero sublime especialmente el último, que se clava en el alma.
ResponderEliminarGracias mil, amigo mío. Lleno está el mundo de cipreses soberbios y errados, yo mismo fui uno de ellos. Hay "enfermedades" que sólo el cumplir años las cura. Como decía Luis Carillo en un verso... "que el cano tiempo, en fin, todo lo acaba."
EliminarGran maestro el tiempo, tan sabio como poco escuchado. Sólo cuando es tarde...
EliminarHabla el tiempo a la carne, mas son las cenizas quienes escuchan.
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