viernes, 16 de diciembre de 2016


SONETO SOBRE EL TÚMULO IMAGINARIO
DE DON LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE


Esta que aquí yace andalusí pluma,
ilustre honor del patrio hesperio suelo;
sacra docta lira fecunda, al cielo
luciente electro alza en dorada espuma*.

Este que canoro cisne en la bruma
-métrico llanto en raro son, fiel vuelo-*
con áureo excelso canto fundió el yelo,*
a Febo* Soledades da y abruma.

Este de las Piérides* pincel fino,
Vega Alba* cuya ausencia sierras lloran
y al Gran Río* ensancha en augusta plata.

Este, so frío pórfido, divino
vate cuyas flores Pindos* coloran,
lírica lumbre aun yacido desata.


Luis Varela

-luciente electro alza en dorada espuma: alegoría en la que se define a don Luis como oro puro, haciendo equivalencia con el ámbar (electro).
-métrico llanto en raro son, fiel vuelo: alusión a la extraordinaria complejidad, a la sublime plasticidad de los versos de don Luis y a su tesón y fuerte personalidad ajena a las muchas críticas de otros poetas de su tiempo, pese a las cuales mantuvo su personalísimo estilo de escribir; luego imitado por algunos de los que tanto le criticaron.
-yelo: hielo, arcaísmo.
-Febo: Apolo.
-Piérides: nombre dado a las Musas.
-Vega Alba cuya ausencia sierras lloran: verso en el que se hace referencia a don Luis comparándolo con la estrella Vega (estrella de gran brillo en la Constelación de la Lira). Alude el verso a las serranías cordobesas que lloran la ausencia del poeta.
-Gran Río: el río Guadalquivir (del árabe Oued El Kebir).
-Pindos: alusión al monte Pindo en la antigua Tesalia que estaba consagrado a Apolo (dios de las artes entre otras cosas) y a las Musas.


martes, 13 de diciembre de 2016



¿Quién sabe si tras el eco errante
de tu dulcísima melodía,
bajo la luna o la centella ardiente,
a contemplar volveré tu vulto afable?

¿Quién sabe si entre bramadores vientos
volveré a oír el son del amor puro
que tu mano sublime encontrar sabe
en el vacío inmenso de muertas teclas?

Yo lo sé, pues te busco en tierra extraña
y escucharte puedo entre los arroyos,
en los rumores de las cantoras fuentes
y en el del ruiseñor canto acordado.

Yo lo sé, pues aun sordo alcanzo a escucharte
en la sangrante vena de mi alma muda,
y aun ciego claramente puedo verte
en la que mi pecho vierte sangre bella.

Aquí estoy, aguardando que tus labios
los gemidos de los míos acallen,
aquí estoy, sabiendo que a mí volverá
el eterno rumor de tu alma hermosa.

Luis Varela