HABLANDO CON UN RÍO
Dilata el estrecho cristal, dilata,
ilustre tú, oh noble ostentoso río,
tu angosto margen con el daño mío,
y en curso veloz tu caudal desata;
al ponto esparce tu espumosa plata,
no escatimes, no, pomposo haz tu
envío;
asaz pluvia acaudala el desvarío
al que airada dueña me arrastra
ingrata.
Oye del verdecillo el dulce canto
armonioso que, libre, ágil regala
de pino en pino de rama mudando.
Así tal, bienhadado me vi tanto,
caigo ahora de una a otra oscura
escala
mi triste son en lacia voz trinando.
Luis Varela
Al igual que la clara linfa en su curso canta con argéntea voz y nos regala bellísimos acentos, vuestra pluma también deja su cristalino canto para nuestro deleite. Y el alma se mece al son de tan celestial rumor...
ResponderEliminarAy, estimado amigo, el lirismo de su bello y amable comentario destella cual lucero. Merece la pena componer un soneto sólo por leerle a usted. Mil gracias y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMás altos fines tiene su pluma, don Luis. No obstante, un millón de gracias. Y le ruego que no deje de darme moticos para comentar, que si el comentario vale poco mucho vale lo comentado.
EliminarComente, comente cuanto guste, amigo mío. Jamás un comentario suyo valdrá poco, amén de su cultura y su conocimiento, es exquisito su señorío.
EliminarPreciosa poesía donde las palabras son como suena un río tranquilo. Un abrazo
ResponderEliminarMil gracias por su amable y generoso comentario, María del Carmen. Un abrazo.
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