viernes, 16 de septiembre de 2016




SONETO


Silencio, a tu seno mi voz entrego,
mutile tu mano mi necia mano,
no permita que tu paz quiebre en vano
la que a mi pecho llama abrasa en fuego.

Sombra da y mármol a la que te allego
sangrada pluma, hija de un yerro humano;
deja que el viento traslade lejano
mi dolor y ciña el pecho al sosiego.

Altera el albur de mi infanda suerte,
en mi alma talla el claro desengaño,
mi sed apaga de indigna venganza,

acalla mi afán, mi artera esperanza,
y extirpa de mi pecho el vil engaño;
beber quiero el licor de queda muerte.



Luis Varela

4 comentarios:

  1. Ponga dos copas, amigo mío, y que el torrente que se desborda de su pluma nos lleve a otras esferas...

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    1. Puestas están, querido amigo. Ahora queda beberlas y emprender camino o vuelo...

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