SONETO
No tus ojos en fuerte yugo, Delia,
con trigueño lazo me han a ti atado,
no el clavel en dulces labios
pintado,
ni las que emulan perlas alba
camelia,
no la que a Febo en resplandor
parhelia,
nacer hace uno y otro albor
derrocado,
no en tus pómulos el grana esmaltado,
ni la que en ti belleza excede a
Ofelia.
Fue la que en tu alma, eterna se
adivina,
venusta pureza en humana celda
(de mi negror luz siendo y alegría),
que de corona te baña divina;
la que mis días a los tuyos suelda,
la que a ti eterna enlaza el alma
mía.
Luis Varela
No hay belleza verdadera si es huero y vano lo que engaña a los ojos, fugaz placer de un instante torpe. Gran alma para gran poeta.
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo, amigo mío. Jamás habrá nada en el Universo capaz de despertar un amor como el que despierta un alma pura y limpia. Mil gracias
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