martes, 13 de diciembre de 2016



¿Quién sabe si tras el eco errante
de tu dulcísima melodía,
bajo la luna o la centella ardiente,
a contemplar volveré tu vulto afable?

¿Quién sabe si entre bramadores vientos
volveré a oír el son del amor puro
que tu mano sublime encontrar sabe
en el vacío inmenso de muertas teclas?

Yo lo sé, pues te busco en tierra extraña
y escucharte puedo entre los arroyos,
en los rumores de las cantoras fuentes
y en el del ruiseñor canto acordado.

Yo lo sé, pues aun sordo alcanzo a escucharte
en la sangrante vena de mi alma muda,
y aun ciego claramente puedo verte
en la que mi pecho vierte sangre bella.

Aquí estoy, aguardando que tus labios
los gemidos de los míos acallen,
aquí estoy, sabiendo que a mí volverá
el eterno rumor de tu alma hermosa.

Luis Varela

7 comentarios:

  1. Sin duda alguna me he dormido al son de la dulcísima melodía que esta lira regala y he despertado, si no estoy en un sueño, en otra época. En una época de belleza y sentimiento exacerbado, de sublime locura. "El eterno rumor de tu alma hermosa"... el eco... y nada más importa...

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    1. Muchísimas gracias por sus, siempre esperadas, palabras, amigo mío. Como ya he dicho en alguna ocasión, merecería la pena hacerse poeta aunque sólo fuese por leer sus comentarios. Lo demás poco ha de importar. Un fuerte abrazo.

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    2. No obstante, habla quien debería enmudecer, mas el justo homenaje y el loor al talento deben siempre prevalecer.

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  2. Ah, la voz de Apolo habla en aquestos vrsos... sublimes ecos fratello, sublimes.

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